El sector retail siempre anda a la búsqueda de estrategias que mejoren los beneficios de las tiendas. Uno de estos modelos que ya es empleado por un buen abanico de marcas es el denominado ‘Shop in Shop’ (SIS) o, como diríamos en España, ‘tienda dentro de otra tienda’.
La integración de las marcas dentro de un mismo espacio en el que cada una tiene el suyo propio permite a los consumidores comprar sus productos dentro de un entorno más cercano, personalizado y amigable. A diferencia de las tiendas multimarca clásicas con el SIS las compañías pueden trabajar con mayor libertad su córner, personalizándolo para alcanzar un mayor reconocimiento y más visibilidad, llegando a aumentar así sus ventas respecto a los locales donde se entremezclan las marcas.
El ejemplo más claro de esta práctica en España lo lleva a cabo El Corte Inglés, que se encarga de alquilar un espacio independiente a cada marca dentro de su grandes centros comerciales y son éstas las que se encargan de dirigir su espacio de forma independiente unas de otras, aunque como es lógico tienen que atenerse a una serie de normas establecidas por la compañía que las acoge en su local.
En una crónica del diario estadounidense The Wall Street Journal se decía lo siguiente sobre este tema: “El concepto de una tienda dentro de otra tienda es la equilibrada composición del retailing mix como resultado de un esfuerzo conjunto a largo plazo entre un fabricante (marca) y el retailer, de forma que el consumidor target recibe un objetivo claro y reconocible imagen distintiva de una tienda en otra tienda, sin olvidar ni confundir la tienda más grande que alberga a la otra”.
En general, se puede afirmar que las marcas al usar este sistema pretenden ofrecer una mayor motivación al público para que se acerque a sus tiendas; mientras que las grandes superficies que ofrecen esta posibilidad de retail a los fabricantes obtienen un nuevo modelo para atraer a más clientes sin tener que correr el riesgo mayor que supone invertir en abrir las suyas propias.