La fase del diseño del producto es probablemente la que más condiciona el impacto ambiental del mismo a lo largo de todo su ciclo de vida. Mientras que una vigilancia ambiental del aprovisionamiento de productos y servicios para uso propio puede reducir la huella ecológica de los retailers, la contribución del sector puede ser mucho mayor si se apuesta además por la reducción del impacto ambiental de los productos que albergan sus estanterías.
Los retailers pueden orientar la elección de los consumidores hacia productos más sostenibles de forma directa modificando su oferta, o de un modo indirecto, a través de mecanismos de información o mediante incentivos económicos, mediante el diseño de la tienda retail…
La información a los consumidores es también útil para reducir el impacto ambiental derivado del uso cotidiano del producto, teniendo en cuenta que la fase de uso del producto es una en la que se producen los mayores impactos ambientales. Fomentar la reutilización del envase puede permitir reducir importantes costes a los retailers con respecto a productos en los que el residuo está relacionado con el envase