Las preferencias de los consumidores por productos más respetuosos con el medio ambiente sugiere que aquellos fabricantes y retailers que logren adaptarse a los nuevos desafíos ambientales tienen mucho que ganar. Poner el acento en los aspectos medioambientales de los productos puede convertirse en una herramienta competitiva para los comerciantes, sobre todo si ello incluye una ventaja económica para el consumidor.
Poner el énfasis en los menores costes para el consumidor durante el uso del producto puede mitigar la barrera del mayor precio para los consumidores de estos productos, lo que incrementa los beneficios para el retailer.
Lograr productos con un menor impacto durante su uso puede requerir la implicación de los suministradores de esos productos. Los retailers pueden también influir en la disposición final del producto una vez que este ya ha sido consumido o está en el final de su vida útil.